Grageas de Papa

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domingo, 4 de enero de 2009

Los Taira. Capítulo 2 final

*Los Taira. Capítulo 2 Hola, bueno quiero aclarar en este, que es el segundo episodio de "LOS TAIRA", que yo pensaba hacer mas largo este cuento, y la fecha de entrega me tomo por sorpresa, cambiando lo que tenía planeado, por lo que puede estar medio rarito al final... 

He aquí el ultimo capítulo....


               Capitulo 2:

 


 El sol se elevaba sobre el azul del mar, mientras que a un costado se podía observar un laberinto de árboles que desembocaban en un gran restaurante de madera con grandes ventanales de vidrio que iban del suelo a la cubierta.

Aiko estaba acuclillada sobre las flores mientras que Yumi aguzaba el oído ante el angosto trozo de madera que se hacia llamar puerta.

Yumi debió esperar unos segundos para que sus oídos se acostumbraran al ruido que se oía dentro del restaurante.

-         Les pido que por favor reconsideren la oferta –habló una voz ronca

-         Con todo respeto Saito-san, rechazo su oferta, esa casa me trae muy gratos recuerdos y además es una costumbre de la familia proveerla a nuestros descendientes – dijo una voz firme pero amable, era Chojiro.

Yumi no logró escuchar más, supuso que habían tomado silencio

-Yumi, ¡Yumi! ¿Qué han dicho?- Susurro su hermana en su oído al notar que  se separaba de la puerta trasera

Yumi, algo perturbada le hizo un gesto a Aiko para que hiciera silencio y otro para que la siguiera.

  Cuando llegaron al lugar donde se encontraban antes, Yumi le contó a su hermana lo que había escuchado, pero Akane no dio muestras de interés diciendo que no deberían entrometerse en cosas privadas.

-         ¿Crees que se refería a la mansión?¿para que la querrá?-preguntó ansiosa Aiko

-         Si, eso es seguro, pero tu me interrumpiste, no puedo saber para que la quiere-aseguró Yumi de mala gana

-         ¿Y como iba a saber yo que todavía seguían conversando?- dijo Aiko malhumorada

Yumi admitió que la que estaba escuchando era ella, y  no su hermana y ofreció su cuaderno de apuntes (el que llevaba en cada viaje desde que tenía memoria) para anotar las razones por las cuales Kio podía querer la mansión.

La página decía lo siguiente:

RAZONES DE KIO PARA QUERER LA MANSIÓN:

-         Porque quiere filmar una película de terror

-         Porque quiere tenerla para parecer mas extravagante

-         Porque esta de moda

-         Porque le gustan las mansiones

-         Porque quiere vivir ahí

-         Porque esta loco

-         Porque le cae mal Chojiro y quiere sacarle su mayor propiedad

-         Porque le caía mal papá

-         Porque le gustan las antigüedades que contiene esa mansión

-         Porque contiene un extraño par de ojos negros 

Al escribir el ultimo Aiko se hecho a reír preguntando de que se trataba eso, Yumi le explicó el hecho de creer haber visto un par de ojos antes de bajar a cenar y ella se lo tomó con mucha gracia. Akane se sumó a la conversación diciendo que eso es producto de la idiotez.

Yumi se avergonzó y se sumió en un silencio ofendido y a la vez avergonzado esperando que alguien lo pasara por alto, y cambiara de tema. Pero ninguna de las dos lo hizo. Vieron salir del restaurante a kio y compañía.

El viaje a su casa fue lento y sinuoso para todos, a excepción de Aiko que dormía.

Al llegar a su casa Yumi se sumergió en las aguas hirvientes de una bañera y al terminar de bañarse,  encontró sobre su cama el libro de matemáticas que le había dejado su hermana la mañana de ese mismo día, Yumi lo ojeó: contenía cientos de ejercicios muy difíciles…  para ella, que no compendia esa materia. Se tumbo sobre su cama y comenzó a rememorar todo lo que había pasado en esa corta semana; en primer lugar, una compañera de clase con la que no había entablado ningún tipo de relación declaró que estaba avergonzada de lo que pensaba anteriormente de Yumi, y le pidió disculpas casi de rodillas. Eso fue en verdad muy extraño, pero a Yumi le pareció muy tierna y sincera la forma en que dijo todo, y decidió corresponder a su sinceridad y la perdonó por su manera de actuar. En el mismo día su madre les reveló, a ella y a Aiko,  la identidad de su tío. Si bien sabían que su padre tenía un hermano nunca habían hablado sobre el tema. Su madre les dijo que Chojiro tuvo una pelea con toda su familia y se mudó de su hogar, cuando todavía Akane no nacía -Aiko estaba muy reacia a todo lo que tuviera que ver con su padre por lo que solo se quedo mirando el piso mientras apretaba sus puños con fuerza- Sakura explicó que Chojiro había sufrido mucho, y que ahora era el turno de que las cosas se equilibraran “Ahora chicas, prepárense porque iremos al campo a pasar nuestras vacaciones de verano junto a ellos”

-Yumi pensó horas después que su madre había obrado mal al decir “ellos” por que eso los hacia dos grupos muy apartados.

Yumi notó que Aiko temblaba ligeramente y la miró preocupada. Ella se giró hacia Sakura, y con sus ojos color rojo dijo que no pensaba ir y se largó de allí como un rayo.-

Yumi reflexionó, Aiko se había pasado de verdad, su madre había pasado todo el día murmurando insultos, la había hecho enojar como nunca. Aunque por una parte se sonreía, esta vez ella no era la problemática.

Yumi se estremeció al recordar que su madre había andado tantas horas caminando como un zombi, profiriendo insultos, y golpeando puertas cuando era necesario.

-         De algún lado salimos nosotras…y nos dice dramáticas a sus hijas, ¡que compartimos su sangre! …- murmuró La niña mientras se levantaba de su cama para ponerse su pijama verde con gatitos que tanto apreciaba.

  

En la mañana siguiente….

Un hombre de rostro delgado, poseedor de unos ojos tan oscuros como la noche se encaminaba hacia la vivienda de su hijo.

Pero una voz a sus espaldas lo hizo parar en seco

-         No me extrañaría que este durmiendo a pierna suelta para descansar de su juerga de anoche

Se volteó para encontrarse con una joven que lo miró a los ojos sin escabullir su mirada; cualquier chiquilla hubiera mirado al suelo, avergonzada por su estupidez. Una interrogante se formó en su cabeza, pero la dejó pasar y siguió su recorrido interrumpido.

Se impacientó al notar que su hijo no aparecía, y se decidió a llamarlo por al móvil. Se cansó de escuchar el incesante “…tu…tu…” que indicaba que no había nadie detrás del teléfono. Notó de nuevo la presencia de la joven, pero esta vez no se volteó a mirarla, si no que siguió con lo suyo, así la cría se cansaría y se iría.

-¿Usted sabe como es su hijo?- el hombre no respondió

- Veo que no lo sabe, bueno le diré yo como es, Saito-san o mejor, le diré lo que el piensa sobre usted- la muchacha hizo una pausa, lo miró a los ojos y con satisfacción comprobó que Saito Kio estaba confundido. Kio recobró la compostura para preguntar

- ¿Quien eres? ¿Qué crees saber mejor que yo sobre Raidon?

- Mi nombre es Hana- una sonrisa se pinto en su rostro- no se mucho sobre Raidon-san, solo lo imprescindible, cosas que tu ignoras

Kio se exasperó y comenzó a mover la cabeza en un signo negativo

-         Me marcho- demandó

-         Adiós- Kio se sorprendió de que la niña no intentara detenerlo, pero no le dio importancia, estaba demasiado ocupado en sus pensamientos

 

-         Así que ese es tu nombre… ¡Saito Raidon! Akane-san me ayudará en esto…- dijo para si la niña eufórica, al comprobar que su táctica había dado resultado

 

En la mansión Taira…

-         ¡Mira Yumi! Aquí hay retratos… - decía una emocionada Aiko ante una gran caja

Las dos niñas se encontraban en una habitación bastante estrecha y desordenada, en el piso se encontraban desparramados cientos de cajas, papeles, periódicos, sobres y otras cosas.

Llevaban toda la mañana inspeccionando las habitaciones y todavía estaban en el primer piso.

-         Genial, ¡déjame ver!- dijo Yumi acercándose al revoltijo de fotografías dentro de el cajón. – mira… estas no son tan viejas- dijo tomando una en particular.

La fotografía que sostenía en la mano mostraba a dos niños sonrientes ataviados con kimonos ceremoniales, las niñas se miraron entre si sorprendidas; ¡esos dos eran Chojiro y Kenji!

Corrieron hasta encontrarse con Akane junto a una muchacha un tanto mas grande, pero no les importó, Aiko tomó a Akane por la muñeca y la llevó arrastras. Entraron a la habitación desordenada y Akane se soltó del agarre mientras levantaba una ceja interrogativa. Yumi se dirigió hacia la caja sintiendo como su corazón se aceleraba, dentro de esa caja estarían todos los recuerdos de su padre junto a su familia. Se encaminó hacia Akane, que había cambiado su expresión y parecía comprender de qué se trataba todo eso, y dejó en el piso lo que llevaba en brazos. Aiko buscó la mirada de Yumi mientras le indicaba a Akane que se acercara, a lo que Akane obedeció. Las tres niñas sacaron tres objetos de la caja con nerviosismo. Yumi miró que lo que había tomado era también una fotografía, pero esta vez se mostraba la familia entera.

-         ¡esto es en el templo Meiji! Parece ser la boda de alguna prima de nuestros abuelos…-decía ella entusiasmada- mira Akane, acá están Chojiro y Nuestro padre…- dijo de una forma mas triste

-mira Yumi…- dijo Aiko amargamente y le dio una fotografía

Yumi observó a cuatro niños vestidos elegantemente, pudo ver a dos niñas de pelo negro y a su padre y tío de unos 6 años de edad. Las dos niñas apenas sonreían, pero se podía notar que eran muy bonitas,  en cuanto a Chojiro y Kenji estaban completamente desinteresados en sacarse una fotografía.

Yumi observó en silencio y se preguntó si la niña de mirada perdida era Chika, posó su vista en la otra niña que se veía completamente inofensiva, con las mejillas sonrosadas y mirada traviesa que estaba al lado de su padre, esa era su prometida.

-¿Qué sucedió con ella?- pregunto Yumi curiosa

- ¿Cuándo Kenji-san se fue?- preguntó Akane con una media sonrisa- se casó con Chojiro y me tuvieron a mi, ella es mi madre

Las dos hermanas abrieron los ojos de la sorpresa y rieron divertidas.

La verdad es que sus abuelos habían comprometido a Kenji con Chika, quien estaba enamorada secretamente de Chojiro y Kenji, por otro lado no podía pensar en otra que no fuera Sakura, una amiga de la infancia, y viendo que su familia no aceptaba esa relación, se escapó junto a ella.

Después de ver todas las fotografías fueron al living encontrando a Chika conversando con la acompañante de Akane.

-¡Akane! ¡Me dejaste sola!- le espetó

- Lo siento- dijo simplemente Akane

- Tengo que terminar de decirte…

- si, Vamos Hana- respondió Akane a la chica llamada Hana y juntas se dirigieron al segundo piso.

Aiko miró a Yumi sonriente y su hermana le correspondió la sonrisa, feliz de que su prima comience a ser más amable con ellas.

Así los días pasaron y las tres niñas recorrían juntas las habitaciones de la mansión y se deleitaban encontrando objetos antiguos y extraños aunque solo en el día, porque a partir de las seis de la tarde la mansión empezaba a oscurecer y a veces Aiko contaba historias de terror, algo que lamentaba Yumi, al no poder pegar un ojo.

Pero un sábado por la mañana...

Yumi bajó a desayunar tal como todos los días, seguida por Aiko que se deslizó por la baranda de la escalera como se le había hecho costumbre en esas semanas. Vieron sentada en un cojín de la mesa a Hana, la amiga de Akane, cosa que no les extraño ya que se habían acostumbrado a su presencia. Ahí también estaba Chojiro, Chika, Sakura Y Akane tomando té, cuando alguien golpeó la puerta y Kazuyo fue a abrirla.

-         Chojiro-sama, Saito-san quiere hablar con usted- dijo ella haciendo una reverencia

-         Hazlo pasar entonces, Kazuyo-chan

Saito Kio entró a la residencia y Hana empalideció, pero enseguida recuperó su color natural para hacer una reverencia hacia Kio, quien la miró sin saber quien era.

-         Buenos días, siento interrumpirlos-dijo el

-         Buenos días, no hay ningún problema-respondió Chojiro haciendo un ademán para que se sentara a la mesa, Kazuyo inmediatamente le llevó el desayuno. 

-         Buenos días Saito-san, ¿se acuerda de mi? Soy Hana- dijo ya calmada la muchacha

Kio recordó el incidente con su hijo y a esa molesta niña que no lo dejaba en paz.

-         si- respondió secamente Kio

Hana no dijo nada mas, por lo que en la mesa todo era silencio.

-         Chojiro-san… necesito que me la vendas por favor- dijo repentinamente Kio sobresaltando a Yumi que estaba sumida en sus pensamientos

-         ¿qué?- preguntó él sorprendido

-         Yo… te ofrezco la cantidad de dinero que quieras, automóviles, lo que sea, solo quiero esta mansión- dijo en forma de súplica

-         Kio-san lo siento, pero no le venderé esta mansión, ha pertenecido a mi familia por siglos, ¿Por qué le interesa tanto?- Chojiro se negó nuevamente

Kio vaciló antes de contestar a su pregunta

-         ¿Qué me dices si te digo que tu hermano aún no descansa?

Chojiro levantó un poco sus cejas, no había entendido lo que ese hombre había intentado decirle. Kio carraspeó e intentó decirle de una forma más entendible

-         La respuesta a tu pregunta es que tu hermano aún no descansa, es decir que sigue rondando el mundo de los vivos- Sakura lanzó un grito ahogado y Chojiro habló con sarcasmo:

-         ¿tiene algún asunto pendiente?

-         Claro que sí, de hecho tiene que ver en parte contigo- explicó Kio haciendo caso omiso al tono sarcástico de Chojiro

Chojiro se quedó en silencio tal vez considerando que podría ser verdad, mientras Aiko clavaba su mirada en Kio. Yumi estaba atenta a cualquier movimiento, pero prefería no mirar mucho a Saito por miedo a que este la mirara, como había pasado hacia unos pocos segundos.

-         y… si fuera así, ¿que tiene que ver aquí la mansión?- preguntó Chojiro

-         Es que el esta aquí- Kio hizo una pausa- ¿Qué dices? ¿Me dejarás hacer lo que deseo?

-         ¡Muéstramelo!- exigió Chojiro

Kio no dijo mas, caminó escaleras arriba, mientras los otros lo seguían de lejos

Saito sacó de su portafolio una especie de gelatina transparente y  al llegar frente a una habitación abrió la puerta con fuerza, encontrándose ante un par de ojos negros. El fantasma hizo ademán de irse pero Kio le lanzó la gelatina y el se plasmó allí. Yumi notó que eran los ojos que había visto anteriormente. ¡Ese que veían ante sus ojos era su padre!

-         ¿Qué quieren de mi?- dijo el fantasma

-         Que descanses

-         Eso no va ser posible, mis padres ya están muertos – dijo Kenji

Yumi notó que Aiko estaba un poco apartada, pero no le prestó atención, no podía creer lo que estaba frente a sus ojos, eso podría ser un sueño perfectamente. Nunca se imaginó en una situación parecida: Su padre, que había fallecido hacía dos años de cáncer cerebral, estaba ahí frente a sus ojos pero de una forma diferente, era transparente y de una consistencia acuosa y ¿cara? No tenía, solo unos cansinos ojos negros,  flotaba en una masa gelatinosa en medio de la habitación.

Aiko estaba muy apartada del resto, se sentía amargamente triste, eso no era verdad, su padre había muerto, ¿que clase de excusa era esa? Chojiro no podía creerle a ese idiota de Kio, ¿Cómo podía jugar con la muerte de Kenji?

Akane miró a su alrededor, Sakura sostenía una mano sobre sus labios entreabiertos, y una mueca de horror denotaba su espanto, Chojiro agrandaba a mas no poder sus pequeños ojos, perplejo. Chika parecía hipnotizada, y Yumi estaba tranquila a comparación de los demás. Akane buscó a Aiko con la mirada hasta hallarla en un rincón con los labios fruncidos en un gesto muy peculiar, se acercó ella, poniendo en práctica su habilidad para no hacer un solo ruido y la miró un momento, parecía a punto de llorar y una gotita de sudor surcaba su rostro. No esperó mas, la tomó por la muñeca y la puso enfrente suyo, ella emitió un grito de sorpresa y observó los ojos de Akane un poco cabizbaja. La muchacha habló con un tono duro:
-Aiko… ¿Por qué piensas que tu padre está aquí?- la niña no pudo mas y comenzó a llorar amargamente.

Yumi sintió el llanto lastimero de su hermana pero pensó simplemente que le haría bien llorar, y sin compañía.

Akane suavizó su mirada y ayudó a Aiko a sentarse en el suelo para hablar tranquilamente.

Las dos se miraron entendiendo el dolor de cada una y comenzaron a hablar.

-         Dímelo primero tú, yo te conocí en el cementerio, ¿lo recuerdas?- incitó Aiko

-         Claro que lo recuerdo, tu habías ido a escondidas a saludar a tu padre y yo…. Bueno, yo había ido por el aniversario nº 13 de la muerte de mi hermana…- dijo casi en un susurro

-         Ah… así que tenías una hermana… - dijo con muy poco tacto la niña

-         Te… explicaré: Yo debía tener una… gemela. Mi papá estaba buscando a Kenji-san desesperadamente y una anciana amiga de la familia le avisó que había visto a una pareja, la mujer era pelirroja y estaba en cinta, y el hombre era muy parecido a Kenji-san.

Mi padre no lo pensó ni un segundo y salió en busca de su hermano… mi madre estaba comenzando el noveno mes de embarazo, la verdad es que esa pareja si eran ellos, por lo que se le dificultaron tanto las cosas a Chojiro, quien se quedó mucho mas tiempo del previsto… Chika estaba en una florería con su hermana cuando rompió bolsa y en el hospital estuvieron horas porque mi madre quería que Chojiro estuviera ahí para su parto, e hizo muchísima fuerza hasta que mi hermana murió. Ya que mi hora de nacer era diferente a la de mi hermana, mi madre tubo tiempo de pensar un poco, acusarse asesina y dejarme nacer a mí… - Una lágrima solitaria rodó por el pálido rostro de Akane

Aiko estaba muda, esa historia la había impresionado y para consolarla  acarició la suave cabellera de la niña. Akane sonrió con ternura y Aiko se sorprendió de poder ver a esa niña tan fría sonreír, pero no dijo nada, seguramente Yumi se emocionaría al ver el avance. En ese momento se preguntó por Yumi pero lo olvidó al escuchar a Akane

-         Ahora es tu turno Aiko

-         Bueno- dijo tomando aire para darse ánimos – Como sabes mis padres se querían de verdad, y es una tradición de nuestro clan no aceptar otros apellidos en el árbol genealógico, por lo que mis abuelos no admitieron esa unión. Sakura y Kenji nos tuvieron a Yumi y a mí en las afueras de Japón y ahí nos criamos hasta que llegó hasta nuestros oídos la noticia de que el cabecilla del clan Taira había fallecido hacía unos pocos días y su esposa hacía ya un año que había abordado el mundo de los muertos.

Recuerdo que papá se puso muy mal, se encerró durante muchos días en los que no salía, solo mi madre le llevaba comida, porque no nos dejaba a nosotras verlo en ese estado. Yo también me puse muy mal ¿sabes? Yo lo admiraba, su corazón era tan fuerte, y su espíritu inquebrantable, yo algún día esperaba ser como él… hasta que me demostró tal cobardía. El no pudo vivir mucho de esa forma, murió y yo…- Sus ojos se le anegaron en lágrimas y no pudo continuar

-         Cálmate Aiko, no hace falta que…- Akane no pudo continuar

-         No, yo seguiré porque quiero compensar lo mas rápido que pueda el error que cometí- dijo levantando su mano- bueno… la única solución que encontré fue pensar en…revivirlo, y lo hice una semana antes de saber que iríamos, que esa casa no estaría desocupada por siempre.- Aiko terminó su relato con el rostro humedecido

Sintieron mucho bullicio y miraron hacia un lado, ya no había nadie allí, ni en la habitación donde anteriormente estaba el fantasma Taira Kenji. Corrieron escaleras abajo encontrándose a Kio y algunos de sus empleados discutiendo con Chojiro

-         No estoy muy seguro, pero lo mas acertado es que hay que demoler la mansión- dijo Kio negando con la cabeza

Aiko entendió de inmediato lo que estaba sucediendo y se sumó a la conversación

-         si, la única salida es demoler la casa…

-         ¿cómo lo sabes Aiko?- preguntó su tío sorprendido

-         Porque yo hice todo… yo lo llamé- explicó la niña

Todos se quedaron perplejos ante tal revelación y se hizo un instante de silencio en el que Yumi y Aiko intercambiaron miradas. Yumi se aproximó a Aiko quien le explico en pocas palabras lo que había estado haciendo y lo que hizo con Kenji. Yumi miró a los adultos que miraban a Aiko fijamente, ella se disculpó sabiendo que no sería suficiente, y les repitió que no había otra cosa que hacer que destruir el lugar donde fue hecho el ritual de los muertos, donde se invocaba un demonio para pedir revivirlo por un tiempo ilimitado de vida a cambio de un poco de tu sangre y el cuerpo del difunto. Saito Kio y Taira Chojiro estuvieron largo tiempo discutiendo, Chojiro defendía su tradición familiar y Kio los derechos de Kenji. Al fin se decidieron por demolerla, cosa que a todos les dio mucha tristeza.

Después de unas horas ya todo estaba preparado, pero Sakura, Chika y las niñas habían ido a tomar té para poder hablar y pensar.

Sakura estaba enfadada con Aiko, después de todo, no solo había arruinado las vacaciones y destruido la mansión que hacia siglos existía, si no que también había profanado el sueño de un difunto, y no cualquiera era su propio padre, al ser al que le debía la vida.

Yumi, Aiko y Akane estaban hablando tranquilamente mientras jugaban al ajedrez, en realidad las que jugaban eran Yumi y Akane, Aiko observaba.

-         ¿Nos seguiremos viendo?- preguntó Yumi moviendo un alfil blanco

-           Claro que sí- dijo sonriendo al matar con un peón al alfil, llegando a la última línea del tablero

Yumi gruño y le concedió a Akane el cambio del peón, cuando ya se promovió el peón a torre Yumi continuó hablando

-entonces nos veremos, ¡es grandioso!- exclamó

- ¡sí, nos veremos!- repitió Aiko

-Exacto- siseó Akane al posar un peón por encima del rey

Yumi y Aiko maldijeron por lo bajo y volvieron a sus asuntos

 

                                    FIN

*Quiero aclarar que esto es creación mia, y que no hubo tiempo para corregirlo... y gané una pequeña medalla. Espero que les haya gustado...

Papa